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Un paro que si bien es cierto no tuvo un gran despliegue de la mayoría de los medios de comunicación, tomo fuerza y muchos ciudadanos del común, campesinos, comerciantes y hasta estudiantes que nada tienen que ver con el conflicto, quedaron presos en sus propias casas.
72 horas de ‘paro armado’ en el cual hubo ataques en diferentes lugares, uno de ellos lo hace visible el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien confirmo que, "llegaron en motos y encapuchados", hicieron bajar a los pasajeros y posteriormente "prendieron el vehículo" de la empresa Metro de Medellín.
Pero, el gobierno hacia un llamado a la calma y como cosa rara, ese tal paro no existía, pero no solo en Medellín hubo quema de vehículos, este caso se presentó en Montelíbano Córdoba, donde quemaron una camioneta.
No pasaba nada, pero fue el mismo ministro de defensa quien afirmó que, "en las últimas horas un patrullero de la Policía, que se encontraba de civil e iba rumbo a una cita médica, fue asesinado por el Clan Úsuga", Luis Carlos Villegas.
Como para dejar un recuerdo en lugares donde se anunció el paro, hubo uno o varios casos, por ejemplo, en Turbo fue asesinado el capitán del Ejército Mauricio Andrés Lugo López, cuando de civil se movilizaba en un vehículo.
Temor, esa es la palabra que retumbo en los oídos de miles de ciudadanos que esperaban un fin de semana tranquilo, cuando el ‘paro armado’ se abrió a pasos agigantados en diferentes municipios, pero las autoridades decían que no estaba pasando nada y que todo estaba bajo control.
Circularon fotos, videos, audios, muchos de ellos falsos, sí, eso es verdad, pero también pasaron cosas reales, como que muchos alcaldes parecían no estar en sus localidades, las autoridades dieron protección a un pequeño número de habitantes, pero y el resto. A la capital cordobesa llegaron fuerzas especiales solicitadas por el gobernador de Córdoba, pero que paso con los demás municipios, porque no llegó con la misma rapidez el apoyo de la fuerza pública.
La estación de policía del municipio de San José de Uré fue atacada y sus habitantes, tal vez, como el resto de los cordobeses no les toco más que rogar a Dios y a sus santos para que les guardaran entre tanto llegaran los refuerzos para evitar una tragedia.
En fin, pasaron muchas cosas que no están registradas en este artículo, pero creo que si bien es cierto los buenos somos más, también es cierto que este grupo llámese como se llame, logro parte de su objetivo, llenar de temor a las comunidades, la incertidumbre parecía ser la contraseña de cientos de personas que anhelaban la culminación de algo que paso de un anuncio supuestamente pacifico a un hecho que generó miedos, incertidumbres y repudio por quienes vivieron horas de zozobra, lo particular es que, el gobierno central, regional, local, no llamaron a los miembros de Esmad y del ejército, ¿por qué sería?, ¿también tenían miedo?, o es que solo están preparados para usar sus fuerzas con poblaciones vulnerables y personas civiles e indefensas.
No obstante, yo sigo viendo con ojos de paz y creo que la paz es un enorme tejido que debemos construir entre todos, por nosotros, por nuestros hijos, por nuestra sociedad, porque todo anhelamos vivir en un mejor país, ese país es Colombia y entre todos podemos tejer la paz que necesitamos.
 
        