Ayer 28 de diciembre se cumplieron 120 años de la primera proyección del cinematógrafo de los hermanos Lumière, momento que se considera el pistoletazo de salida para esta industria y arte que hoy en día llamamos cine.
Así viene señalado en la placa de mármol que hay en el número 14 del bulevar de los Capuchinos de París: “El 28 de diciembre de 1895 tuvieron lugar aquí las primeras proyecciones públicas de fotografía animada con ayuda del cinematógrafo, aparato inventado por los hermanos Lumière”.
El aparato era el resultado de avances sobre otros inventos anteriores, como la llamada linterna mágica, que mediante diversos trucajes ópticos permitía la proyección de imágenes fijas que daban la sensación de movimiento, o el kinetoscopio, una caja en la que el espectador, aplicando su ojo a un ocular, veía una sucesión de fotografías que al pasar rápidamente parecían moverse.
El creador del kinetoscopio fue el famoso inventor norteamericano Thomas Alva Edison. En 1893 rodó en Estados Unidos la que se considera la primera película de la historia. Duraba 19 segundos y mostraba algo tan simple y tan humano como un estornudo. Edison presentó su invento en la Exposición Universal de Chicago de 1893, de ahí que los estadounidenses se atribuyan la invención del cine.