Montelíbano. Hoy se cumple un mes del vil asesinato del periodista Rafael Emiro Moreno Garavito, "En Colombia tienen la mala costumbre de acabar con nosotros por intereses políticos. Aunque tengas necesidad de ser protegido por el Estado, si estás criticando o denunciando al mismo Estado, pues el Estado simplemente te deja solo”, así lo refirió Rafael a representantes de Forbidden Stories Historias Prohibidas, antes de ser asesinado.
Duele ver la indiferencia de los mandatarios, ante la falta de resultados, claro, seguro si se tratase de un familiar de ellos, o un amigo, como el caso del ganadero de Montería, dieran la orden de desplegar grandes cantidades de uniformados, investigadores, peritos o como se llamen, pero, aquí estamos hablando de un periodista, que cuando le sirvió en una publicación, era Rafa, cuando los críticos, dejó de ser el ‘hermano’ y eso se ve reflejado en el escaso interés que han puesto los alcaldes, el de Montelíbano, José David Cura, lugar donde sucedió el hecho el 16 de octubre.
Pero también un silencio rampante del alcalde de Puerto Libertador, de donde Rafael Moreno era oriundo y a quien denuncio en varias ocasiones, por proyectos y obras que no contarían con los requisitos necesarios. Y ni qué decir del gobernador de Córdoba, Orlando Benítez, su silencio ante el atroz crimen deja al ciudadano casi atónito, y eso que, a él, le asesinaron a su progenitor y sabe en carne propia lo que implica perder un ser querido en estas circunstancias y ni así se le ha visto empatía para que este caso no quede impune.
No hay garantías y muchos periodistas han recurrido a la autocensura por las múltiples amenazas, hostigamientos y discriminación a la que se ven sometidos, eso sin mencionar el ‘castigo’ de no pautar, algunos funcionarios públicos y también de empresas privadas se ríen y celebran no dar una pauta sin condicionarla “para que se mueran de hambre”, los periodistas.
La indiferencia en este país mata, todo el que se interponga en los intereses particulares del alguien termina muerto, acusado incluso, pues muchos aseguran que ‘si lo matan es por lago’, solo quienes viven este flagelo, pueden entender lo que significa la vida y no solo del periodista, son tan canallas que hasta la familia terminan amenazado. Hoy como periodistas no vemos acciones que busquen justicia, garantías y respeto por la vida, como dijera Rafael, es que. “Aunque tengas necesidad de ser protegido por el Estado, si estás criticando o denunciando al mismo Estado, pues el Estado simplemente te deja solo”, así se sienten y están muchos periodistas en esta zona del país.