Montelíbano/ Opinión: Dicen las autoridades que están adelantando todos los actos urgentes, para esclarecer el asesinato del periodista Rafael Moreno Garabito. Moreno Garabito fue asesinado la noche del domingo 16 de octubre, en un local de Comidas Rápidas, que hacía poco había abierto el periodista, en el barrio 27 de Julio, en Montelíbano. Rafael, es oriundo de Puerto Libertador, era el director del Portal Informativo, "Voces de Córdoba", desde donde había publicado algunas denuncias relacionadas más que todo con temas políticos de la región, más específicamente de Puerto Libertador y Montelíbano.
En el 2019, tras amenazas de muerte, por su ejercicio como periodista, contó con un esquema de seguridad de La Unidad Nacional de Protección (UNP), el cual hace unos meses en este 2022, le habrían quitado, lo que habría ayudado con este desenlace doloroso para su familia y para el periodismo en Colombia, especialmente para esta zona del sur de Córdoba, donde ser periodista, líder social, comunitario o sindical, implica cada día, llevar una lápida colgada entre pecho y espalda.
A Rafael lo asesinaron en el lugar donde laboraba para suplir económicamente sus necesidades, hasta ese lugar, llegaron hombres armados y sin mediar palabras desenfundar su arma y acabaron con la vida del periodista y comerciante, así terminó la vida de una padre, hijo, esposo y amigo; que despertaba en unos admiración, en otros preocupación y seguramente, en muchos otros generaba ampollas por la manera escueta para decir lo que pensaba.
Hasta el momento, se desconocen los autores y causas del asesinato, por supuesto hay especulaciones, pero lo cierto es que nada se sabe a ciencia cierta de este crimen en el sur de Córdoba. Quienes admiraban la manera en que Rafael decía las cosas, hoy no pueden creer el desenlace de su vida; en quienes generaba preocupación, confirman una vez más que, en esta región, la corrupción y todo lo que ella implica, es capaz de apagar la voz de quien ponga en riego sus intereses, y, en quienes generaba ampollas, seguramente hoy son los más preocupados y deseosos que este vil crimen se esclarezca.
Eso en caso que se pueda esclarecer, pues en esta región han sido asesinados, lideres políticos, sindicales, sociales, ambientales, comunitarios, periodistas, comerciantes, cantantes, mujeres, menores de edad, entre otros y muchos, por no decir todos, siguen impune. Entre tanto, el asesinato de Rafael, prende una vez más las alarmas, en esta zona del sur de Córdoba, cuando estamos a poco de iniciar una nueva carrera para elecciones regionales, un momento que genera mayor tensión y aumenta los riesgos en la región.
Pero Rafael, no es el único que ha estado o estaba amenazado, en esta zona somos varios los amenazados, solo por decir lo que incomoda a unos pocos, o cuando no servimos de caja de resonancia para quienes están en el ‘poder’ o para quienes necesitan ‘un vitrinazo’. En medio de las amenazas de muertes que hemos recibido, unos han contado con el ‘privilegio’ de tener esquema de seguridad, otros, no hemos tenido padrinos para lograrlo, y nos ha tocado refugiarnos en Dios y en muchas ocasiones en una soledad que solo quien la vive, la puede entender, pues no solo son las amenazas, también viene con ella la estigmatización, en el caso de los periodistas, nos llaman ‘vendidos y/o seudoperiodistas, entre los menos lastimeros calificativos que recibimos, eso sin mencionar en muchas ocasiones, la falta de solidaridad de algunos colegas.
Pero muchos, no saben lo que es estar en casa con los hijos, y que llegue alguien y se levante un poco la camiseta, para reforzar la amenaza, mostrando su arma, asegurando que, a la próxima muy seguramente no contaremos con la misma oportunidad, además, aseguran que saben todo lo que hacemos y hasta el detalle de los lugares que frecuentan nuestros hijos, quienes son ajenos a la labor que realizamos. Eso es doloroso, reprochable y violenta hasta en lo más mínimo los derechos fundamentales de cualquier ser humano y vulnera la vida en toda su expresión.
En Colombia, más de 5 décadas de guerra y derramamiento de sangre, parece que no nos ha enseñado el incalculable valor de la vida, no hemos comprendido que la vida, sea de quien sea, duele cuando la arrebatan, socaba las libertades y hierre el alma de quienes viven tan repugnante flagelo.
No reprochar el asesinato de Rafael Moreno, es de alguna manera validar que, la vida depende de quién o quienes creen tener el poder para acabarla de tan miserable manera, pues una cosa es morirse, esa es una cita ineludible de todo ser viviente, pero otra muy diferente es que la vida dependa de la irracional voluntad de otro mortal que, queriendo ser dios, ponga final a los días de quien no avale su proceder.
A las autoridades nacionales, en especial a las Córdoba, es urgente esclarecer todos los asesinatos de la región, no hacerlo es revictimizar a la víctima y a sus familias, ante la falta de empatía que escasea y donde se escucha entre susurro que, si a una persona le quitaron la vida ‘fue por algo’, sin que se conozca el esclarecimiento de las causas del hecho, para la reivindicación de la memoria y de las familias.
La Fundación para la Libertad de Prensa FLIP, hace un "llamado a la Fiscalía General de la Nación a investigar con celeridad y tener en cuenta como principal hipótesis la labor periodística de Moreno", además asegura la FLIP, que. "Este año, hemos registrado 7 amenazas y 2 hostigamientos en Córdoba. 6 de las amenazas fueron en Montelíbano, donde Rafael fue asesinado”. Eso sin mencionar todas las amenazas que no son registradas, pues muchos optamos por “dejar así”, ante la falta de garantías en los procesos y porque en muchas ocasiones, como el nuestro, la Fiscalía la solución que dio, fue sacarnos del municipio por un tiempo, hasta que todo se ‘calmara’.
La Defensoría del Pueblo ha asegurado. “Rechazamos el asesinato de Rafael Moreno, periodista y director de Voces de Córdoba, atacado por hombres armados en Montelíbano.Nuestra Regional #SurDeCórdoba hace seguimiento al caso para brindar el acompañamiento necesario. Instamos a las autoridades a investigar con celeridad”. Por su parte la gobernación de Córdoba ha dicho.
“Repudiamos el vil asesinato del Periodista e Investigador Rafael Emiro Moreno Garavito en Montelíbano. Rafael, era un reconocido dirigente comunal en Puerto Libertador y director de un medio de comunicación; solicitamos a las autoridades una exhaustiva investigación que permita esclarecer el hecho e identificar a los autores de este crimen. Nuestra solidaridad y acompañamiento a su familia. Paz en su tumba”, twitteo el gobernador de Córdoba, Orlando Benítez, quien también había sido cuestionado por Moreno, sobre todo con el tema de la Curul de Paz y algunos proyectos.
Con el asesinato de Moreno Garavito, son tres los periodistas asesinados en Colombia en lo que va del 2022, pues el domingo 28 de agosto, los periodistas Leiner Montero y Dilia Contreras fueron asesinados luego de cubrir una fiesta patronal en Santa Rosa de Lima, un pueblito, ubicado a unos 16 km de Fundación, Magdalena. A nivel mundial, con actualización hasta el 02 septiembre, en el 2022, han sido asesinados 31 periodistas, 18 en México, 3 en Haití, 3 en Colombia, 2 en Ecuador, 2 en Honduras, 1 en Brasil, 1 en Chile, 1 en Guatemala. En el 2021, fueron asesinados 45 periodistas a nivel mundial.
Que ser periodistas, no nos cueste la vida. La Prensa, desde el punto de vista que se mire y desde el formato en que se produzca, necesita garantías y ser libre. Las autoridades, tienen el compromiso y deber de brindar las garantías en el ejercicio de nuestra labor, pues la libertad de información es la garantía de la democracia y de los Derechos Humanos. En la región, no contamos con las gatantías necesarias para el ejercicio de nuestra labor.
Opinión: Kharys Jhavlosky Postdam