TIENES UN ESTADO DE CONCIENCIA
Roberto Parra|www.facebook.com/roberto.c.parra
Para los puros todas las cosas son puras; pero para los que son impuros y no aceptan la fe, nada hay puro, pues tienen impuras la mente y la conciencia. 16Dicen conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son odiosos y rebeldes, incapaces de ninguna obra buena. (Sagradas Escrituras – La Biblia, Tito Cap. 1; Vs. 15 - 16)
¿Qué relación hay hoy entre tu mente y tu consciencia?, y, ¿En qué estado está dicha relación?
La mente como ese jardín donde diariamente estás cultivando todo tipo de pensamientos, construye en tu interior una serie de patrones mentales que afectarán de manera positiva o negativa a tu conciencia, algo llega a tu mente por cualquiera de tus sentidos produciendo en ti una percepción frente a ese algo, esta percepción dependerá muy estrechamente de tu estado de conciencia y éste dependerá a su vez del estado del jardín que estás cultivando ósea tu mente (procura entonces mantener una mente sana, esperanzada), por tanto esa relación entre tu mente y tu estado de conciencia es algo a lo que debes estar muy atento en revisar con una alta frecuencia; y es que, de acuerdo a las circunstancias vitales de cada día, podrás identificar dentro de cual de dos estados de conciencia se encuentran tus pensamientos, sentimientos, emociones, acciones y resultados; para ilustrarlo y hacerlo sencillo respetuosamente los he denominado de dos maneras: Estado de conciencia débil o inseguro y Estado de consciencia fuerte o seguro.
Cuando tu vida opera bajo parámetros delimitados por un Estado de conciencia débil o inseguro, hay en ti demasiada influencia de la incredulidad, que a su vez es algo muy humano que te resta potencial frente a lo divino y verdaderamente importante para lograr grandes propósitos de vida y que en este caso es la Fe; pareciera ser que vives una vida casi siempre de manera lineal, como muchos autores citan en diferentes escritos u obras, vives en modo piloto automático; por ello es que de repente, comienzas a experimentar que te pasan cosas y no te das cuenta que están pasando, asumes retos que no te competen y no te das cuenta sino hasta experimentar sus consecuencias, las cuales por lo regular no siempre son las más alentadoras, cometes errores gigantes y no sabes porqué o en la mayoría de los casos te cuesta encontrar un argumento que justifique tu error, al final terminas siendo de las personas cuya frase más común frente a situaciones de adversidad es: “no sé qué me pasa”; optando así por mostrar a la sociedad una imagen muy repetitiva de víctima de circunstancias cuyo control o asignación no están a tu alcance.
En cambio cuando tu vida opera bajo influencia de un estado de conciencia fuerte o seguro, la Fe es tu pilar fundamental; sabes conscientemente qué es lo que estás construyendo para ti, sabes afrontar tu día a día con valor y firmeza de que estás en lo correcto, piensas y actúas con certeza y convicción, observando atentamente qué es lo que estás haciendo con tu vida y hacia donde marcas la línea que te direcciona y así procurar ir por el destino que te corresponde; sales del modo piloto automático y asumes tus decisiones, encuentras nuevas maneras de pensar, afrontas nuevos roles en torno a tu forma de direccionar tus pensamientos; en otras palabras, tu atención es totalmente plena a cada segundo de tiempo y eso te produce paz, valor y armonía cada momento, sin que tengas que cargar con la incertidumbre de no querer asumir la responsabilidad de tus resultados, pues desde tu mente ya estás alineado con un resultado inevitablemente favorable, y, aunque éste no lo sea o no sea así, sabes que tarde o temprano si persistes en ello, se materializará.
¡De momento procura tener a Dios en tu mente y en tu corazón todos los minutos de este día, y por encima de todo procura vivir en paz en medio de la tormenta!