Opinión. Licenciado Marcos Ortega. Muchas veces el gobernante de turno se inventa unas artifugias para impresionar, ganar popularidad contentando a la gente. A eso lo llaman política de gobierno porque son mandatos exclusivos de SU gobierno. (La política de Estado es otra cosa). Eso es populismo. Eso pasó con SER PILO PAGA.
En cuatro años se invirtió alrededor de 4 Billones en el 2% de los bachilleres aspirantes a ingresar a la universidad. Pero además de estos 4 billones, el 80% de ellos fueron a parar a las finanzas de las universidades privadas de alto linaje. (Muchos congresistas, ministros y altos funcionarios del gobierno son socios o familiares de los socios de estas universidades). ¿Es esto equidad? Claro que no lo es. Que vacano que con las bondades del programa por fin un joven pobre pueda estudiar medicina en una Universidad de alto linaje. Pero...esta no es urgencia. La prominente urgencia es ensanchar las posibilidades de los más pobres. Es abrir el mayor espacio posible de acceso, a un gran volumen (cada vez más creciente) de jóvenes pobres.
Que vacano incentivar la excelencia académica de chicos muy juiciosos y aplicados, y pobres, además. Que vacano. Pero muchas veces chicos muy inteligentes juiciosos y capaces no lo logran, porque las condiciones socioeconómicas, familiares y de contexto son para él demasiado adversas. Aunado a eso influye mucho el tipo de escuela en la que le tocó estudiar. Es decir, los "los malos" o los "regulares" estudiantes jamás lograran ingresar. Duele que se queden por fuera, porque el programa es cruel, es demasiado selectivo en ese sentido. No. Yo creo que la posibilidad de acceso hay que democratizarla más. Hay que darle mayor peso al derecho que TODOS tienen, independientemente de su condición de excelencia.
Claro, que frente a esta decisión del gobierno se cierne sobre nosotros una tenebrosa incertidumbre. Que esos 4 billones sean reinvertidos racionalmente en mejora sustancial de la universidad pública en beneficio de los aspirantes más pobres. Que no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad.
La universidad pública es igual o mejor que la privada. Si trabajando con tan limitado presupuesto logra posicionarse entre las mejores en la región, se pueden imaginar con una importante inyección de recursos. Esto permitiría además atender la base del problema que yo lo miro en dos sentidos fundamentales: el acceso y la calidad. El acceso con una apertura expedita a las comunidades más pobres y apartadas. La calidad, fortaleciendo los procesos de ciencia y tecnología inherentes a la naturaleza universitaria.
SER PILO PAGA puede seguir, pero bajo otra perspectiva. Aumentar ese 2% a un 20%, a un 30, 40, y así de manera progresiva hasta llegar a su máxima expresión. Claro está, manteniendo su carácter selectivo para incentivar la capacidad individual. Pero de manera más flexible y diferencial. Yo diría que hay que hacerlo con mayor equidad, dándole un determinado número de cupos a cada entidad territorial proporcional a su volumen de egresados, de igual manera al interior de cada entidad territorial hacerlo con cada municipio no certificado.
Dejando claro que todo ello enfocado al fortalecimiento de la universidad pública. Además, que no se abandone el compromiso del Estado de implementar la universalidad del acceso a la educación superior. Y esto solo se logra incrementando decididamente el presupuesto global para la educación superior.
Todo lo anterior seguramente que quedará en el plano de la especulación personal. Pero hay que abrir un debate nacional desde todas las perspectivas, si verdaderamente creemos en la educación como el eje que movilizará el progreso nacional.