La verdadera farmacia del mundo es la selva del Amazonas, de donde nace alrededor del 25% de todos los medicamentos que existen en el plantea; sin embargo, se estima que solo se ha explotado el 1% de esa capacidad.
Según la WWF (del inglés World Wildlife Fund; en español: Fondo Mundial para la Naturaleza), la expansión de la agricultura, la ganadería, construcción de carreteras, la deforestación, las concesiones mineras y un dramático aumento de hidroeléctricas, son solo algunas de las presiones que tienen en riesgo a la selva más grande del mundo. Si no se adelantan políticas y estrategias para reducir la deforestación en el bioma amazónico, para el 2030 la Amazonia puede perder el 27%, (alrededor de 85,4 millones de hectáreas de bosques).
La actividad que ha generado mayores pérdidas de hábitat natural en la Amazonia en las últimas décadas es la agricultura. Las exportaciones de soja y carne a países como China han desatado graves transformaciones en el uso del suelo de sus bosques (WWF, 2019).
A pesar de todas estas bondades, y a las presiones mencionadas, hoy la selva la consume un incendio forestal hace ya 18 días, se dice que es el de mayor velocidad, por las imágenes que obtuvo la NASA, y comprende los países de Bolivia y Brasil.
Según el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales de Brasil (INPE), en lo que va del año, de enero a agosto se han registrado 72 843 incendios forestales, casi el doble del registro del año anterior. Los incendios han ido en aumento en un 65% en este año y los registros obtenidos dan cuenta de los más de 9 mil incendios forestales que se están produciendo en la Amazonas.
Frente a estos dos panoramas, las presiones y el incendio forestal, la Universidad Pontificia Bolivariana, a través de su Programa de Ingeniería Sanitaria y Ambiental lanza un S.O.S. para salvar la reserva de biósfera más importante del mundo, reguladora de clima, fábrica de agua, despensa medicinal, y belleza escénica sin igual para toda la humanidad.