Aquel tiempo en que la luz se apagó, comenzó el imperio de horror, las risas se convirtieron en llanto y la libertad fue esclavizada, la vida se transformó en muerte y el poder humillo la hermandad, la humanidad se olvidó del amor, porque la maldad congelo el corazón, el sufrimiento impero y trajo dolor e insensibilidad.
El racismo cobro sus víctimas, niños, jóvenes, adultos y ancianos vivieron el horror del holocausto, convirtiendo sus sueños en pesadilla, guardó silencio y lloraba el cielo cuando el hombre se convirtió en monstruo, permitiendo que la ambición le ganara a la humildad, en medio de tanta oscuridad, no hubo abrazos, no llegó quien secara las lágrimas, nadie tuvo una palabra de consuelo, el amor busco un corazón para habitar, pero el espacio estaba ocupado por la maldad y el odio a una nación que no debía nada y lo había dado todo.
Hoy 27 de enero se conmemora el día Internacional del Holocausto.
La UNESCO conmemora el genocidio perpetrado contra el pueblo judío y otros crímenes del nazismo, y reafirma su compromiso de promover la educación relativa a la historia del Holocausto y de luchar contra el racismo y el antisemitismo. “La prevención del genocidio comienza en los pupitres del colegio…. La educación puede contribuir a la prevención del discurso del odio y socavar los prejuicios, al debilitar los pilares de la ignorancia, promover el aprendizaje de la convivencia y fomentar el respeto hacia todas las personas… En un mundo donde lo “local” está separado de lo “mundial” apenas por la pulsación de una tecla, necesitamos un compromiso renovado en lo tocante al diálogo, la tolerancia, la reconciliación y la comprensión, tanto en Internet como fuera de ella”. Irina Bokova.
El Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto (International Day of Commemoration in memory of the victims of the Holocaust) se celebra todos los años el 27 de enero, fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en noviembre de 2005
La Asamblea General de las Naciones Unidas,
Recordando el artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el que se afirma que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona,
Recordando también el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en los que se proclama que toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión,
Teniendo presente que el principio en que se funda la Carta de las Naciones Unidas «de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra» atestigua el vínculo indisoluble que existe entre la Organización y la tragedia sin parangón de la segunda guerra mundial. Recordando la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, que se aprobó para evitar que volvieran a repetirse genocidios como los cometidos por el régimen nazi,
Reafirmando que el Holocausto, que tuvo como resultado que un tercio del pueblo judío e innumerables miembros de otras minorías murieran asesinados, será siempre una advertencia para todo el mundo de los peligros del odio, el fanatismo, el racismo y los prejuicios. Decide designar el 27 de enero Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto.
Durante la Segunda Guerra Mundial, seis millones de judíos fueron sistemáticamente apresados y exterminados. Los nazis también asesinaron a romaníes, presos políticos, homosexuales, personas con discapacidad, testigos de Jehová y prisioneros de guerra soviéticos.
El Holocausto fue un crimen de proporciones colosales y nadie puede negar la evidencia de que ocurrió. Todos los años recordamos a las víctimas y honramos el coraje de los supervivientes y de quienes los ayudaron y liberaron, reiterando así nuestra determinación de evitar que se repitan esas atrocidades y rechazar la odiosa mentalidad que las hace posibles.
De las tinieblas del Holocausto y las crueldades de la Segunda Guerra Mundial surgieron las Naciones Unidas para reafirmar la fe en la dignidad y el valor de cada persona y defender los derechos de todos los seres humanos a vivir en condiciones de igualdad y sin discriminación.